Nos encontramos con una pintora, peruana y madrileña, cuya personalidad va tomando sólida solvencia, a medida que va presentado colecciones en exposiciones sucesivas.
Su formación primera en la australiana Brisbane School of Art, posteriores actividades en el campo del diseño gráfico en la República Dominicana y su licenciatura en Psicología, la dan el bagaje necesario para abordar el reto que su vocación al arte implica.
En esta exposición, que presenta bajo el indicativo título de “Sorprender al juego”, la artista pone a nuestra consideración una coherente muestra de cuadros, (acrílico sobre lienzo), con un lenguaje más abstracto que expresionista, en los que la armonía en sus colores sobresale de cualquier otra apreciación. Cada cuadro posee elementos diferenciales, no solo por los diversos trazados de líneas y figuras, sino también por el color dominante, al que se sujetan y supeditan los restantes de la paleta, para componer un coherente y a la vez entrópico mundo cercano a la psicodelia.
Cada cuadro tiene su propia personalidad y se mueven entre el expresionismo evolucionado, v.g. Ërase un grillo…, Fantasía, Renovación, El Aleph,… y el abstracto más definido, v.g. Integración, Satisfacción, Inocencia, Antídoto a la Gravedad,…, que se enraízan en el Kandiski del periodo que va desde la iniciación de “Der Blaue Reiter” hasta el momento en que rompe su colaboración con la revolución soviética, tiempo en que se da el nacimiento a esta corriente artística, incluidos los elementos biomórficos de otras posteriores etapas.
El propio Kandiski escribió: “El arte abstracto es el arte más difícil. Hay que saber dibujar bien, tener una fina sensibilidad para la composición y los colores y lo más importante, también hay que ser un verdadero poeta”.
Nos atrevemos a asegurar, que Susie Gadea goza con plenitud de estas sensibilidades y cualidades y de un alma de poeta que plasma en sus obras, a las que les confiere ese hálito mágico que mueve las emociones y sentimientos, pues esta artista sabe manejar los elementos esenciales que encuentra en la pintura, que van más allá de los estrictos valores plásticos y que dimanan de su sentir el color como la “expresión de energía no visible”.
Susie Gadea confiesa que sus creaciones nacen de forma casi compulsiva. Ella no habla de inspiración. No estudia ni planifica las obras. Pinta cuando siente el soplo de una fuerza interior, que apenas sabe definir, pero que la impulsa irresistiblemente a ello.
Es el momento en que se sitúa junto o sobre el lienzo blanco e inicia su obra, quizá marcando una línea, quizá dejando caer una mancha, quizá trazando un figura. A partir de ahí su alma y su solercia actúan, dando como resultados cuadros formados por complejas estructuras formales y cromáticas, en los que se distinguen distintos niveles espaciales y armónicos contrastes. Aquí, posiblemente, radica esa frescura, esa fuerza y nervio, que cada uno de sus cuadros manifiestan.
Su paleta rica de colores, matizados en el lienzo, que juegan de manera primordial en la composición, y que con sus tonos hacia pasteles, con los que la pintora se expresaba en anteriores etapas, dotan a las composiciones de una delicada y acabada factura que evoca a la poesía.
Esta artista también sabe dibujar. Sin duda. Y presenta poco más de media docena de pequeños dibujos, a tinta y acuarela, que son si más obras de gran consistencia.
Trazos seguros para desarrollar lo que una imaginación fuera de lo común puede concebir. Figuras e imágenes insólitas pero llenas de equilibrio y euritmia.
Susie Gadea sabe manejar la línea y el color. Y lo hace con decisión y sin miedos, como ella misma confiesa.
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