domingo, 13 de octubre de 2013

084.10* JOSEBA ESKUBI. HIPNOSIS. GALERÍA PAULA ALONSO. Lope de Vega, 29. Madrid




Realmente a la pintura que Joseba Eskubi, (Bilbao, 1967), presenta en esta exposición bajo el título de “Hipnosis”, se le puede aplicar, “mutatis mutandis”, lo que de la pintura de Francis Bacon dice el pintor y crítico argentino, Mariano Akerman : “Su arte es inusual, tanto por sus formas como por su contenido. Complejo y contradictorio, extraño, intenso y problemático. Admirable y simultáneamente preocupante, ataca por sorpresa. Trabaja directamente sobre el "sistema nervioso" y abre "las válvulas del sentir". Resulta tan magnético como repelente. Es auténtico, pero también inquietante. Atípico, quimérico, polivalente. Extremadamente sugestivo. Salvajemente humano”.


Y no hemos traído aquí de forma casual la referencia al pintor inglés, sino, al contrario, lo  hacemos porque los cuadros de Eskubi tienen la plasticidad y la visceralidad de la pintura de Bacon y una sustancia y entonación goyescas, que se desvelan tanto en las figuras, como en la totalidad del lenguaje compositivo, y, de igual forma que el pintor de Fuendetodos, Eskubi sabe aplicar la tradición del claroscuro, - tan arraigada en la pintura española-, concertándola con un explosivo y matérico empleo de los colores puros, que mezcla y superpone, usando el lienzo como paleta.

Presenta también una serie de fotografías, impresas a modo de collages, de obras de grandes clásicos intervenidas por su mano, con pinceladas directamente aplicadas sobre ellas, de modo tal que el observador se ve forzado a redescubrir a reinterpretar las nuevas formulaciones, adentrándose en el mundo de lo fantástico, de lo irreal, es decir, de lo irracional,

la pintura de Eskubi se inserta en la tradición de la pintura fantástica, que va desde Paolo Uccello y El Bosco, pasando  por Goya, Redon, Arp, Chirico, Max Ernst, Man Ray, Tanguy, Dalí, Miró, sin olvidar al poliédrico Picasso, hasta nuestros días. Pues en todos ellos está el sello del paradigma surrealista enunciado por André Breton y Louis Aragon, como lo está en las palabras de Antonio Romar, (vid.Trítpico de la exposición), cuando, hablando de las obras de Joseba Eskubi dice, (sic.) “la figura rodea la sed y le sonríe a usted, tal vez es su propia sed. se parece mucho a un cuerpo sin cabeza, pero es sólo cabeza, una cabeza enorme sin cabeza, eso es la sed que ya cambia”. Esa es la pintura, que se presenta en la colección de “Hipnosis”.

Pintura atractiva, inquietante e inquisidora, que tiene la virtud de no dejar indiferente, porque posee el magnetismo del misterio y el morbo que provoca el espanto de lo visceral y de lo irracional puesto al descubierto.

Sin llegar a participar de la hipérbole de André Breton, de predicar que únicamente lo maravilloso,- tomando como tal lo fantástico, lo irracional-, es bello, habremos de coincidir que es, sin duda, sugestivo y sugerente, sin por ello negar su belleza objetiva.


1 comentario:

  1. Muchas gracias por tu acertada visión de la pintura de Eskubi, vamos a ver si este artículo genera también la incertidumbre necesaria que estimule la necesidad de la comprobación in situ.

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