Practica
esta artista lo que ella denomina en inglés como “patchwork”, es decir la
composición hecha con retales y parches, que en el ámbito textil se concreta en
el universalmente conocido “quilt”, pero que en Elena Jiménez, (Alicante, 1965), supone la agregación
y la superposición de fotos, de carteles, de hojas de periódicos y de revistas,
algunas de ellas intervenidas por las manos y los pinceles de la creadora,
puesto todo ello sobre un paramento vertical a modo de lo que más
tradicionalmente conocemos como técnica de collage.
Trabaja
Elena Jiménez con nuevas tecnologías y técnicas mixtas para grabar sobre el
aluminio y pintar sobre el lienzo, habitualmente perfiles en negro, en lo que
abundan las manos y las figuras humanas.
Practica
también la seriación, siguiendo las pautas
del arte pop y que introdujo Andy Warhol, en sus afamadas serigrafías de
Marylin y de otros personajes.
Su
trabajo constante y metódico, durante más de veinte años de carrera
profesional, ha fructificado en una obra reconocible, dentro del arte
figurativo de corte expresionista, obteniendo resultados, que como ella misma
explica, suponen “diálogos entre la representación de la perspectiva, el
dibujo, la impresión y el recorte”.
En
esta exposición la protagonista es “la sombra”, que se concreta en perfiles en negro
de personajes de grandes obras maestras de nuestra pintura, tales como el Lisiado
de Ribera y, sobre todo, la figura ecuestre del Conde Duque de Olivares, de
Velázquez, de los que se han apropiado, para reinterpretarlos, distintos
artistas patrios, desde que Manolo Valdés descubrió por lo años sesenta, esta
manera de crear.
Estas
sombras se pasean sobre los collages montados, o aparecen en solitario,
grabadas en aluminio o pintadas sobre lienzo, junto a manos que parecen entonar
una silenciosa melodía de esperanza o de desesperación, según sea la
intencionalidad del que las observa.
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