domingo, 14 de julio de 2013

081.07* VARI CARAMÉS . DERIVAS . GALERIA ASTARTÉ. Monte Esquinza, 8. Madrid .






Son palabras del artista: “Siento una fascinación especial por lo intemporal, indefinido, etéreo, viejo…. Prefiero las abstracciones y los defectos con efectos…. El misterio es la niebla de las cosas, de todo lo que nos rodea, me encanta lo que no puedo ver del todo,…, me quedo con lo íntimo, con un aroma, una ausencia…”,


Toda una declaración de principios, que son los vectores que empujan su quehacer artístico y que quedan evidenciados en la obra expuesta, tanto en esta muestra de “Derivas”, como en las precedentes, que jalonan su ya larga e intensa travesía dentro de las artes plásticas y concretamente de la fotografía.

Este gallego, (El Ferrol, 1953), que se declara autodidacta, se inició a los quince años en la fotografía, con una máquina manual que su padre le regaló, para que le fotografiase sus cuadros y sus piezas de hierro forjado. El arte así está en sus genes.

Aunque nunca pretendió vivir de la fotografía, ahora, según explica, no puede vivir sin ella.

Este poeta de la fotografía se queja de la falta de poesía en el mundo y busca la emoción en el azar, que prefiere a la tranquilidad que emana de la certeza. En sus series de fotos se concretan los resultados de escudriñar, “buceando entre cientos de negativos” de su archivo, lo que le permite “el reencuentro con nuevas sensaciones, nuevas imágenes, sin tiempo, sin prisas”, imágenes que le cuentan cosas.

Y en efecto, en sus fotos está ausente el tiempo y muchas veces incluso el espacio, como si de realidades virtuales se tratara, solamente impresas en las neuronas que rigen en nuestro cerebro a la imaginación borrosa y confundida, con el brillo fantasmagórico de la ensoñación.

Imágenes delusorias, difusas y en ocasiones pretendidamente confusas, que alteran la vista y perturban el mirar. Imágenes ilusorias, como metáforas anfibológicas o aporías visuales, que es lo que al espectador atento le seduce y aun le sugestiona.


Son cuadros inquietantes, logrados mediante el desenfoque y la exposición larga, trabajados con la emoción de quién tiene los dones de la oportunidad y del arte impresos en su sustancia personal.

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