domingo, 25 de noviembre de 2018

188.10* JUAN CUÉLLAR . HEIMLICH . GALERÍA MY NAME’S LOLITA ART. Almadén,12. Madrid





La Galería My Name´s Lolita Art expone, en su inicio de temporada,  el último trabajo del pintor Juan Cuellar, (Valencia, 1967), en el que, fiel a su paradigma, representa el complicado mundo freudiano con su tono de humor característico y en su renovado estilo “pop” valenciano, del que es uno de sus herederos más insólitos, muy acusadamente del Equipo Realidad de Ballester y Cardells.


Bajo el título HEIMLICH, el artista presenta una serie de obras, realizadas en óleo sobre lienzo, en las que el artista se adentra en el concepto de “extrañeza inquietante” de Freud, por el asombro que puede causar la observación de imágenes que nos son familiares, pero en las que ciertos elementos están distorsionados o desplazados del lugar en el previsiblemente el observador supone deberían estar.

Las imágenes, así expuestas, rompen nuestros esquemas ideales referenciales, a los que el inconsciente recurre para terminar de componer la imagen que vemos, lo que lleva a nuestro ánimo a un estado de desasosiego, que afecta de alguna manera a los equilibrios sinestésicos, de que la mente humana está dotada por su sistema neuronal, ya que  las imágenes que componen la muestra pueden resultar usuales y corrientes, pero a su vez aportan una cierta inquietud al observar ciertos elementos visuales que rompen, desplazan bruscamente e, incluso, deforman la lógica habitual, dirigiéndola hacia un efecto narrativo opuesto.

Una de las características más relevantes del estilo de este artista, es la representación sin rosto de todos los personajes que pueblan el espacio pictórico. Hecho intencional, mediante el cual el artista interactúa con el espectador, para que, en esta dialéctica, sea éste quien ponga rosto y gesto a las caras vacías y, de esta forma, le sea más factible llegar a comprender el tipo de atavismo social representado.

El espectador observará escenas cotidianas, en donde la identidad individual ha sido sustituida por la grupal: como un día de feria, o escenas familiares íntimas junto a invitados incluso con capuchas que nos recuerdan a los nazarenos de semana santa, concebidos así por el artista para reforzar la sensación de vaciedad  e incómoda despersonalización.

Junto a estos temas también nos encontraremos con paisajes donde, mediante recortes de la imagen tradicional, el pintor nos ofrece una visión incompleta, que nos altera su representación normal y esperable, desde el punto de vista de la lógica usual.

Cuellar en cuadros cuidadosamente concebidos y meticulosamente realizados, aprovechando el concepto de “colour field”, imprime un efecto estético excepcional a toda su obra, en la que el color luce con toda pureza y luminosidad..


Como ya hemos dicho en otra ocasión, todo ello exige, -situados ante cualquiera de sus cuadros-, dedicar  un mínimo de atención al mismo, establecer una cierta hermenéutica y dedicar un tiempo de reflexión sobre su contenido, lo que, de otra parte y en todo caso, conviene para la mejor percepción y asimilación de los valores estéticos y plásticos contenidos en la obra.

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