Contemplar
la obra de Manuel Alcorlo, (Madrid, 1935), es un acto placentero, que no supone
el menor esfuerzo, pues cada uno de sus cuadros son como luminosas ventanas
abiertas a la luz y a la belleza, por las que a su través nos llegan al alma, de
forma directa y fluida, los sentimientos que el artista nos transmite en la
plenitud de sus cuadros y aún en cada una de sus pinceladas y líneas.
sábado, 29 de septiembre de 2012
052.09* JOAQUÍN MILLÁN. MALINCONIA. ANSORENA GALERÍA DE ARTE. Alcalá,52. Madrid
Se
debe a los artistas florentinos del Renacimiento, (Mantegna, Massaccio,..), el
inicio de la investigación sistemática de la perspectiva, enunciando sus
primeras leyes y normas, que son aplicadas a la pintura.
Posteriormente,
serían Miguel Ángel, Rafael y Leonardo da Vinci, -véase, como ejemplo, el
cuadro de este último, “La Última Cena”-, quienes perfeccionaron estos
conceptos, dando lugar a un paradigma que se mantiene hasta el presente, y que
se basa, esencialmente, en la plasmación de la sensación de profundidad, que
produce la convergencia en un punto de las líneas rectas, que configura la
visión de la arquitectura de un edificio o una estancia.
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