Hay bastantes cosas que destacar en la pintura de Juan Luque, (Montilla, 1964), artista andaluz y cordobés, donde el vino se hace luz y cante.
Una de ellas es que, proviniendo de esas tierras, luminosas y calientes, su pintura sea la expresión exegética del frío. Paradoja que reposa en lo hondo de la psicología y la idiosincrasia del artista. Así lo demuestra en esta colección, que recoge obras de distintas series, la mayoría de ellas basadas en la arquitectura, el misterio y el simbolismo del faro, como luminaria y abrigo.