lunes, 23 de enero de 2017

161. 01* BYEONGHEE BAE.CITIZEN ABOVE OF BUILDING EPISODE 4-bALLOON HAUSE. GALERIA BAT ALBERTO CORNEJO, María de Guzmán, 61. Madrid









El escultor coreano Byeonghee Bae, (Corea del Sur, 1982), estudió Bellas Artes en la Universidad Nacional de Chonbuk, (Corea del Sur), y, posteriormente, en la Universidad de Artes y Ciencias Sociales de Alanus, (Alemania), en donde, de acuerdo con las palabras del director de la Seoshin Gallery, el artista “dedicó largos y arduos periodos de tiempo estudiando como unir la idea del Este y la expresión del Oeste”,


Como consecuencia de este trabajo investigador y de asimilación, su obra está desarrollada dentro de un sincretismo estilístico, que concede a sus formas unas características singulares y muy personales, dotándolas de una identidad muy reconocible.

Sin duda alguna, de esta idea simbiótica, -de fusión deberíamos decir ahora- surge la actual escultura de este artista, si bien se puede encontrar su étimo estilístico occidental en Giacometti y el  oriental en los Dol-Hareubang y los Haneyobang de la Isla de Jeju y del palacio de Gyeongbokgunng, en cuanto a la concepción estructural de sus figuras, en las que cabeza, tronco y extremidades inferiores forman un solo bloque.

Pero más allá de esta caracterización formal de la obra, las esculturas de este artista son de difícil codificación dentro de aquellos parámetros taxonómicos que tienen vigencia y son generalmente aceptados.

Sus “ciudadanos por encima del edificio” o aquellos que llevan una “casa globo” de cara al resto de los conciudadanos carecen, sin excepción, del hemisferio superior de sus cabezas y no tienen, por otra parte expresión facial alguna, pues están tallados en madera, sin nariz, ni boca, ni oídos., muy al contrario de los dol-hareubang, que tienen rostros muy expresivos sean de alegría u horror.

Sin embargo las tallas de este artista no se puede decir que carezcan de elocuencia y viveza, pues todas ellas están realizando unos actos estándar, de aquellos que diariamente el magma ciudadano repite ad nausean, cumpliendo con el ritual de las normas sociales que la ciudad impone: pasear a la mascota, hablar por el móvil, correr con el maletín colgando de la mano acosado por las prisas, levantar el brazo para llamar al taxi, etc.

Estos personajes vivamente coloreados, que repiten actos ritualizados, no dejan de ser sino metáforas sinópticas de una sociedad de ciudadanos sin rostro que se comunican, tan solo, a través de medios electrónicos, interpretando cada uno su particular roll, aireando su ego y sus ilusiones como si de un globo se tratara, … Componiendo en conjunto un mundo colorista y “feliz” tal y como  Aldous Husley lo definió.


Colección que despierta el interés del observador, no solo por su estética muy particular, sino también por la poética que se desprende de cada una de las obras y, hay que decirlo, del conjunto de todas ellas.

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