A Miguel Ángel Ayllón
parece que le preocupa la ausencia de leyes y criterios en el arte
contemporáneo. En realidad, nuca hubo leyes en el arte, tal y como las hay en
la ciencia, que están ahí y el hombre las descubre, como la de la gravedad o
como el Teorema de Pitágoras que se cumplen inexorablemente.
La Sección Áurea es de
esa misma naturaleza, pero en ningún sitio pone que la relación entre un
segmento y su sección aúrea dé como resultado unas proporciones bellas. Eso fue
una creencia de los griegos, lo mismo que los arquitectos góticos valoraban la
relación entre el lado de un cuadrado y su diagonal es decir, entre 1 y raíz
cuadrada de 2 (en cumplimiento del Teorema de Pitágoras).
Creer que un
rectángulo cuya altura es la sección áurea de la base es más bello que otros
por esa razón, es algo que creían los griegos por las propiedades sorprendentes
de esa proporción (Por ejemplo, si se corta un cuadrado de un rectángulo áureo,
el rectángulo que queda también es áureo, y así sucesivamente). Lo creían los griegos
lo cree el pintor Guillermo Pérez Villalta y otros muchos. No se trata de una
ley sino de una convención ideada por el hombre. Así pues, en el arte no hay
criterios de verdad, y yo no podré demostrar a nadie que una obra es más bella
que otra, sólo podré persuadirle o intentar convencerle, Si en el arte anterior
al siglo XVIII existieron cierto criterios en los que se asentaba en concepto
de belleza, a partir de ese momento cobra más fuerza el concepto de libertad, y
el arte pasa a admitir los aspectos desagradables de la realidad o las ideas
más disparatadas de la imaginación.
Esa inseguridad de la
que habla Miguel Ángel Ayllón es precisamente la que caracteriza al arte
moderno (no el de la Edad Moderna), un arte que cambia constantemente y que no
sólo carece de leyes sino también de cualquier tipo de regla o norma. Por eso
ser moderno significa trabajar sin referentes, sin asideros, con la inseguridad
a la que aludía Antonio Madrigal no hace mucho cuando decía: “Cuando estoy
pintando, no sé si estoy haciendo una genialidad o la estoy cagando". De
un modo más fino dice lo mismo Jean Dubuffet con una frase robada a San Juan de
la Cruz: "Para ir a donde no se sabe, hay que ir por donde no se sabe".
La inseguridad que se
deriva de todo lo dicho, parece desesperante para quien aspira a comprende el
arte con la claridad de un teorema. Aquí está la miseria pero también la
grandeza del arte. Decía Ortega y Gasset que en la ciencia, el signo es
recóndito pero el significado es claro, mientras que en el arte, el signo es
claro pero el significado es recóndito.
Pero en el convulso mundo actual, después de dos guerras mundiales y otras
muchas tragedias, injusticias y amenazas, no podemos esperar un arte bello.
Tampoco podemos ser ya modernos ni contestatarios ni rompedores ni
revolucionarios, porque desde que la sociedad asimiló una corriente tan radical
como el Expresionismo Abstracto Americano, lo viene asimilando todo.
El medio de este
panorama, a crítica debe, no sin dificultad, ayudar a distinguir la obra de arte
del camelo.
El comentario de
Miguel Angel Ayllón me sugiere un par de acotaciones. Primera: El crítico de
arte esta obligado a decir si lo que ve u oye es arte y por qué; o por el
contrario si lo que ve u oye no es arte y por qué. Dentro, obviamente de su
buen saber y entender. Hay críticos que ésto no lo quieren hacer o no lo saben
hacer. Segunda: Yo diré que alguien es sillero si hace sillas; diré que es
artista si hace arte. Porque si alguien no hace sillas no es sillero y si
alguien no hace arte, no es artista, por mucho que él lo diga, lo pregone y le
aplaudan algunos o muchos "curators" y comisarios. Pero ¿Quién le
pone el cascabel al gato? Muy poquitos se atreven a ir contra el
establecimiento.
Respecto al último
comentario de Benito de Diego, he de decir que, hace unos años, tal vez fuera
posible decir lo que era arte y lo que no. Hoy,lo único claro es que no es
posible definir el arte, fijar las fronteras de lo artístico.No hay ningún
crítico que esté obligado a decirlo que es arte y lo que no es arte, por lo que
he dicho antes y,, naturalmente, tampoco lo puede decir Benito de Diego. Hay
gente que dice: "esto para mí no es arte, por ejemplo, el urinario de
Duchamp, la Mierda de artista de Manzoni o las cajas de detergente Brillo de
Warhol. Bueno, pus eso está aceptado universalmente como arte, por lo tanto, es
arte, ya que en ningún sitio del Cielo ni de la Tierra está escrito lo que es
arte y lo que no. La única manera de delimitar el arte, bueno , regular o malo,
es considerar arte lo que se expone en las galerías de arte, lo que se enseña
en las escuelas de arte, lo que viene en los libros y revistas de arte. Además,
también hay arte en el diseño, coches, vestidos, por ejemplo, en el campo de la
artesanía, de la decoración, de la cocina y la pastelería, el la peluquería y
en otras muchas cosas que no se cuelgan en las paredes de las galerías ni de
los museos ni vienen en los libros y a las que no solemos llamar arte.
Cuando alguien dice: esto para mí no es arte, hay que decirle que su concepto
del arte es muy reducido o está desfasado. Nunca podremos demostrar si una cosa
es arte o no, con la claridad con la que se demuestra un teorema, de manera que
los límites del arte serán siempre difusos. Por eso estamos hablando de arte.
Según tus
explicaciones, Jesús, una de las nuevas corrientes del arte es que "obra
de arte es todo elemento existente, desde el momento en que el artista lo aísla
de su entorno habitual y lo exhibe en un entorno admitido públicamente como tal
para exhibir obras de arte" y por lo tanto, "artista es toda persona
capaz de tomar un elemento existente, aislarlo de su entorno habitual y
exhibirlo en los entornos dedicados a la exhibición de obras de arte". Por
lo cual "arte es el acto de aislar un elemento existente, de su entorno, y
exhibirlo en un entorno admitido como artístico". Esto es lo que hizo hace
mucho tiempo (1917) Marcel Duchamp con su FOUNTAIN.
Se deduce pues que, lo que convierte a un objeto cualquiera en obra de arte, es
llana y simplemente la sala de exhibición. Es como en la Alquimia, metemos
plomo en el crisol y se transforma en oro. Y nunca mejor dicho, pues esta
transmutación de objeto vulgar de poco valor material, por el simple hecho de
exhibirlo en una sala de arte, pasa a valer mucho dinero que se repartirán
entre "el artista-alquimista" y "el galerista-crisol".
Probablemente todos
estos desaguisados pasarán a la historia del arte, aunque no estoy tan seguro
de que pasen como obras de arte. De la misma manera pienso que pasarán a la
historia como los desvergonzados negociazos del arte. Ya está bien de tanta
manipulación venga de los gurús del arte, de los artistas, de los políticos, de
los banqueros o de quienes sean. Estamos rodeados de manipuladores de la
verdad.
Si estamos aquí
discutiendo sobre arte y crítica se lo debemos a Duchamp. Él solo pretendió
provocar, y lo consiguió, cosa que le agradezco. No creo que a Duchamp le
preocupase mucho si su urinario es o no una obra de arte, simplemente trató de
flanquear una frontera y una vez abierta, por ahí han pasado muchos, Warhol
entre ellos.
Sobre lo que comenta Jesús al respecto de tener como referentes las galerías,
las escuelas y los libros de arte para delimitar el arte, me temo que no sea
suficiente, aunque es al menos necesario.
Debo aceptar como obra
de arte la caja brillo confeccionada por Warhol cuando es exactamente igual que
la caja brillo que se encuentra en el supermercado y que evidentemente es un
objeto banal?
Lo que escribo no es
que a mí me parezca bien, es lo que hay. Sinvergüenzas hay en todas partes en
las que se mueve dinero, en la construcción, en el fútbol y en el arte;
cantidades desproporcionadas, pero no por eso los pisos son inhabitables, los
partidos aburridos y el arte menos arte. Nunca debemos esperar que la
excelencia del arte esté en relación directa con su precio. Lo del precio
pertenece a otro mundo. Hace años que no me preocupo por ello;es pura
especulación. Yves Klein vendía porciones de espacio aéreo de París a cambio de
lingotillos de oro que arrojaba al Sena Un coleccionista dijo que jamás había
sentido una emoción tan fuerte al comprar una obra de arte. Cada cual se
divierte como quiere o como puede.
Las caja de Brillo de
Warhol no es que fueran iguales que las de verdad. Eran las mismas. Era sólo
una provocación, pero alguien preguntó por el precio y Andy dijo: "cien
dólares". Y como se las quitaban de las manos, fueron a por más al
supermercado, donde costaban cuatro o cinco dólares. Francis Bacon decía que
jamás entendería por qué la gente pagaba tanto dinero por sus cuadros, pero que
así podía tomar más copas. Un taxista vecino de Jackson Pollock, decía,muchos
año después de su muerte, cuando sus precios ya eran millonarios, que él no
daría ni cinco dólares por un cuadro suyo. Como veis,hay gustos para todos. Y
para curarnos de espantos y que ya nada nos sorprenda, hace unos años, na de
las manifestaciones artísticas en una importante feria fue un muchacho con un
cartel delante y otro detrás, como los de "compro oro", en e el que
ponía: "SOY UN VERDADERO ARTISTA". El que no se consuela es porque no
quiere.
MNAC Reina Sofía: Nuevo Realismo
Benito de Diego
Crítico Arte. AECA
Amigo Mazariegos: Tuve
la ocasión de ver en el Reina Sofía de Madrid, la exposición del "Nuevo
Realismo", en la cual pude contemplar en un anaquel junto a otras cosas,
los tristes desechos de una original "Lata con Mierda del Artista" de
Piero Manzoni, herrumbrosa y envejecida, -triste, muy triste-, así como una de
las muchas copias que se han hecho del "Perchero" de Duchamp, y
observé como los asistentes ni siquiera reparaban en semejantes cosas, pues
acudían, divertidos, a ver "artefactos" más hilarantes, o estanterías
llenas de cacharros, - "Le plein" de Arman-, y un etc. de objetos y
cosas que lo único que provocaban, a la mayoría de losperplejos asistente, era
la pregunta de ¿Es ésto arte? Y es que por mucho que te empeñes, y otros
contigo, ni "la mierda del artista", ni "la fuente" de
Ducamp, ni las acumulaciones de Arman y otros etcéteras, están universalmente
admitidos como arte, todo lo contrario. Solo se empecinan en llamarlo arte
ciertas minorías elitistas e ideologizadas, como ya, - de ello hace muchas
décadas-, señalaba Ortega y Gasset en "La deshumanización del
arte".Estoy con Tom Wolf, cuando critica adversamente la supremacía de los
ideólogos sobre los artistas, -como ya creo que dije anteriormente-. Estoy con
la poeta,- amiga de las primeras vanguardias-, Gertrude Stein, cuando dice en
su poema "Una rosa es una rosa, es una rosa, es una rosa", por muchos
que algún filósofo quiera transformar la rosa en otra cosa. Eso solo les está
permitido a los poetas. Otra cosa: Si se dice que no se puede definir que cosa
es arte ¿En base a qué criterios epistemológicos se niega que alguien pueda
decir que tal cosa no es arte? y por qué esos que niegan el arte siguen
exponiendo en "galerías y en museos de arte", aunque sean
"performances", es decir teatro. Quién engaña a quién. Y advierto,
para los no avisados,que tengo muy claro que desde las revoluciones cubista y
expresionista, el arte ha experimentado una radical transformación formal y
estética, que ha abierto horizontes expresivos ilimitados, si bien en esta
postmodernidad se están modificando muy poco los paradigmas y códigos que
entonces se establecieron. ¿Es esperable otra revolución?, quizá por la
cibernética. Saludos
Advierto que el debate
se está desviando del tema inicial propuesto por Yanesti, pro en realidad, la
discusión también es crítica. Amigo Benito de Diego, me obligas a intervenir de
nuevo. Tu última intervención es un poco agria y unilateral. Con tu capacidad
para decidir lo que es arte y lo que no, te has cargado a Duchamp y al nuevo
realismo francés y a todo el arte conceptual, cosas que, quieras o no, están
como arte hasta en los libros de texto. Po r cierto, lo que tú llamas perchero
es un botellero.
La comprensión del arte requiera un esfuerzo que no todo el mundo hace. Hay
mucha gente que sólo ha ido al fútbol y de repente va un museo a tumba abierta
y es natural que no entienda nada. Yo no voy al museo de cera porque tampoco
entiendo nada. Hay, incluso, un tipo de visitante de museos que va allí a
cabrearse y sale resoplando. Dice Calvo Serraller que nadie puede ser catador
de vinos la primera vez que prueba el vino.
No sé si os dais cuenta de que estamos hablando de cosas de 1917, de 1960 que
todavía no han sido asimiladas Pollock nació en 1912, hace más de un siglo,
Picasso murió en el 73, el Impresionismo está en la noche de los tiempos. (Lo
digo porque algunos se creen modernos porque les gusta el impresionismo. Eso es
muy fácil) Benito, tengo que decirte que te equivocas cuando dices (copio y
pego):
“¿Es ésto arte? Y es que por mucho que te empeñes, y otros contigo, ni "la
mierda del artista", ni "la fuente" de Ducamp, ni las
acumulaciones de Arman y otros etcéteras, están universalmente admitidos como
arte, todo lo contrario. Solo se empecinan en llamarlo arte ciertas minorías
elitistas e ideologizadas”.
Esto, amigo Benito, es una barbaridad y, además, no es cierto. Es radicalmente
falso. De manera que ni elitista ni triste. Cómprate cualquier libro de arte
del siglo XX y verás cómo viene Arman, Klein, Duchamp, Warhol, el arte
conceptual y muchas cosas más. Vienen hasta en los libros de texto más
elementales. Existen minorías elitistas pero, afortunadamente hay muchísima
gente que conoce, que acepta y que disfruta con todo esto. Me gustaría que
hubierais visto a mis alumnos gozar de una exposición de Tàpies con un
entusiasmo desbordante. Naturalmente, los preparé primero. Mucha gente no se lo
cree pero aún me lo recuerdan y me agradecen que les diera la posibilidad de
disfrutar con el arte contemporáneo.
No desaniméis, no cerréis puertas.
Jesús: Duchamp llamó
perchero, al botellero, como llamó fuente, al urinario, - ¿arte?-. Pero
"una rosa es una rosa, es una rosa, es una rosa, es una rosa". Tengo escrito
sobre Tapies, -busca si quieres en mi blog-, y no le incluyo entre los
"objetualistas", ni entre los "coceptuales", pues él fue
artista abstracto e hizo arte. Y tienes razón, ha pasado ya un siglo y sin
embargo hay quién aún se empeña en llamar a esas cosa "arte
contemporáneo". Sin embargo, respeto lo que llamamos "Libertad de
Cátedra", pero no estoy de acuerdo con determinadas enseñanzas. Por eso me
considero crítico de arte y también reclamo que se respete mi "Libertad de
Opinión". No se trata de cerrar puertas, sino de señalar que algunas
puertas te conducen a la nada. Saludos
Benito, gracias por
aclararme lo del perchero. No lo sabía. (Hay muchas cosas que no sé) Respecto a
lo que abarca el arte contemporáneo, por lingüísticamente contradictorio que
parezca, muchos consideran que abarca desde el siglo XVIII, por ejemplo en la
Complutense de Madrid, el departamento de Arte III. Por supuesto que respeto tu
libertad de opinión, pero lo que yo te negaba no era una opinión sino datos
objetivos. Por último, me alegro de que coincidamos en Tápies; no sé por qué
pensé que lo habías echado a las tinieblas exteriores, junto con Arman y
compañía. Tàpies es un ejemplo de los que dejan a la gente perpleja preguntando
si es ate. Recuerdo un programa de radio de Luis del Olmo en el que salían Tip
y Coll, y, con bastante gracia pero con ningún fundamento, decían que para
torturar a los presos de ETA les hacían ver cuadros de Tápies. Un afectuoso
saludo y que reinen. la paz y la concordia.
Propietario en
Estrada,Art work shop-Talleres de arte
Benito,estoy de
acuerdo contigo y lo vuelvo a repetir, arte de farsantes que se dicen artistas
contemporaneos o creadores de arte conceptual,disque escultores que más bien
son juntadores de piezas y muchas veces ni siquiera eso ,Tapies si era un
pintor y creador abstracto y de los buenos.Aparte de escultor escribo guiones
de teatro y dirijo,creo que en todas las artes hay simuladores, en el teatro
por ejemplo no es el mejor actor el que practica o juega al actor, se debe
tener el compromiso personal con la profesion sea bueno o malo. Se deben saber
los fundamentos esteticos y filosoficos de lo que significa el arte.El objeto
es objeto en si mismo y una obra de arte puede ser un objeto transformado en
arte pero no deja de ser un objeto para lo cual fue creado.Y no me digan que
una caja de zapatos,si esta en un museo cobra otra dimencion y se convierte en
arte "conceptual". Atentamente un simple trabajador del arte. Salud.
Quiero recordar que el
arte conceptual no sólo es una de las corrientes más importantes de la segunda
mitad del siglo XX, sino que, gran parte del arte que se ha hecho desde
entonces, tiene una cierta carga conceptual que, generalmente, tiene mucho que
ver con la ironía y no pocas veces toca precisamente el tema de la naturaleza
del arte. El arte conceptual, más que para el ojo es para el cerebro, y plantea
problemas al espectador; problemas sobre el significado de la obra, problemas
sobre su artisticidad (si es o no es arte, problemas sobre el concepto del arte
que tiene el espectador y problemas sobre qué coños hace allí mirando esa obra.
El arte conceptual suele utilizar los textos escritos. Pregunto si los
inesperados salvadores de Tàpies salvan también a Joan Brossa, a Joeph Kosuth o
a Jenny Holzer.
Quiero pensar que
todos los intervinientes sabemos a qué se llama "arte conceptual".
Respondo: Joan Brossa descubrió el surrealismo un poco tardíamente. Merece
respeto por su esfuerzo investigador. Es autor de los que llamamos "de
culto", es decir, para minorías. No plantea problema para el presente
debate sobre arte y crítica. Joseph Kosuth, parece pertenecer al grupo de los
que quieren convertir al arte en filosofía misma, pretendiendo que la
contemplación de una obra se convierta en una síntesis espacio-temporal, con
automatismo cognoscitivo inmanente, de un complejo y elaborado postulado
filosófico, que permita poner de manifiesto la intención comunicativa del autor
y descubra las claves y signos que encierra, convirtiendo la contemplación en
un ejercicio de semiología y en un test psicológico. ¿Qué tiene que ver eso con
el arte? En cuanto a Jenny Holzer es una "instaladora" de textos.
Para juzgar la calidad de su arte habría que ver caso por caso. Hablo ahora de
Luis Camnitzer,- ¿conoces?-, que presentó su obra en la prestigiosa institución
Colección Daros de Zürich. Dentro de ella su "Living Room", que es
una habitación vacía, en donde con pequeños papeles se indica: ventana, ,
silla, alfombra, etc. La curator Katrin Steffen, -obsérvese, no el artista-, explica
que "en esta obra,- que califica de hito-, cada espectador recrea la
realidad a su manera a partir de los textos expuestos y cada persona aporta su
propia visión".¿No parece esto una prueba de asociación del psicoanalista
Jung o un test de introspección dentro de una sesión de psicoanálisis freudiano
o una acción de experimentación psicosocial?. ¿Donde está el arte como
actividad autónoma del ser humano? Podría hablar de la "obra
conceptual" que presentó nuestro afamado Santiago Sierra en el Pabellón
Oficial Español de la Bienal de Venecia, que es un caso de "tomadura de
pelo" de dimensiones cósmicas, pero ya lo tengo escrito en otros
lugares.Cuando una obra de arte necesita de textos, libros y explicaciones para
ser comprendida, primero, supone un fracaso comunicativo del autor y, segundo,
se quiere inducir al espectador a que vea y que piense lo que el curator quiere
que se vea y se piense, en un acto de colonización y dirigismo intelectual ,
para mí, inadmisible. El tema da para mucho y tengo escrito sobre ello un
humilde ensayo, por tanto aquí termino este comentario. Saludos
Amigo Benito, nos
vamos acercando. Matizare tus referencias. Brossa me parece un buen artista
conceptual. Lo mismo pienso de Kosuth, que juega con la evidencias, las
imágenes y la realidad con una gran ironía. Lo que tú dices de Kosuth, se las
trae. Eso sí que es conceptual. No sé si incluirlo en el lenguaje de los
críticos oscuros, dicho sea con todo respeto y cariño. Léetelo y verás. Pero
más de de Camnitzer, que tiene cosas buenas, y de Santiago Sierra, que es un
corrosivo, me doy cuenta de que nos hemos dejado al más importante y quizás al
más payaso: Joseph Beuys. A mí nunca me ha convencido ni gustado pero nadie
puede decir que no es un artista valorado. Su arte será bueno, malo o regular,
pero es parte del arte de nuestro tiempo. Yo creo que Beuys no es un farsante
sino que entiende el arte como el chamán primitivo, así como Jenny Holzer es
una especie de sibila que golpea en las conciencias con sus anuncios luminosos.
Es posible que esa sea la misión de fondo del arte, y ellos han llegado por un
atajo. Pero lo que hacen, repito, pertenece al arte del siglo XX, nos guste o
no. Esto se agota. Podíamos volver a la crítica.
Amigo Jesús: Creo que
estamos de lleno en la crítica de arte, ya que sólo se puede hacer crítica, -y
máxime en esta variopinta postmodernidad artística-, si se tiene un mínimo de
armazón conceptual, en el que fundamentar unas convicciones. La crítica procede
del contraste y confrontación de ese bagaje intelectual con las obras de arte
que se pretende evaluar y enjuiciar, como ya dije en otra intervención, siempre
subjetivamente, pero con fundamento. No entiendo al crítico que admite algo o a
alguien solo porque ese algo o ese alguien son admitidos y valorados
positivamente por la institución.
Todo empezó, en efecto, con los “ready made” y las “audacias” de Duchamp. Se
recodificó, con los “objetualistas”, -me niego a llamarlos “realistas”-, como
Tinguely y sus máquinas de “hacer arte”, -¿?_, Arman, con su anaqueles
“acumulando” cacharros y ropa vieja, Breer, con sus carricoches hechos de
desechos de chatarra, etc, etc. Tras este “risorgimento”, aparece una nueva
ola, ahora ya abiertamente “conceptual”, Beuys, con su cayado y su “coyote”,
Kounellis, con su pequeña “cuadra” de equinos, Mc Carthy, con su cara
embadurnada de ketchup, Damien Hirst, con sus “carnicerías” y etc. Etc. Algunos
de los cuales no han dudado de mofarse públicamente de sus coleccionistas y en
las bibliotecas y hemerotecas están documentadas estas mofas. Y llegamos al
momento actual, p. e. con Santiago Sierra y su montón de escombros. Lo curioso,
y para mí de gran trascendencia, es que sus obras, son en casi su totalidad,
efímeras, por lo que su legado cultural y social se limita a unas cuantas
fotografías y videos, muchas de una mala calidad, y a lo que, sobre ellos,
otros han escrito e interpretado, sin que pueda ser contrastado por los
interesados en el arte con una contemplación directa de sus obras.
Retomo a Brossa, poeta prolífico y en ocasiones obtuso, ensayista y literato y
en mi criterio autor de “culto”. Como artista plástico, sus esculturas visuales
y urbanas, no aportan nada rompedor y novedosos, salvo, eso sí, el valor
“conceptual”, que se les quiera asignar. Kosuth, filósofo y antropólogo, -¿?-,
parece decir que la forma queda superada por el concepto, -realmente nada nuevo
desde Duchamp-, la mímesis queda, por tanto, implícita y debe ser redescubierta
por el observador. Insiste en la falacia: “el arte es la definición del arte”,
intentando convertir así al arte en un concepto filosófico, -vuelve a leer
ahora mi párrafo que ves obscuro y a lo mejor ahora lo entiendes-. Desde luego
no es menos obscuro que los razonamientos que dan los “conceptualistas”, para
explicar el “arte conceptual”-. ¿De verdad crees que Jenny Holzer golpea en las
conciencias con sus instalaciones luminosas? Si lo hace, te lo aseguro, no lo
hace ni más ni mejor, que muchos anuncios que podemos ver en TV y cines, aunque
no niego que pueda hacerlo en determinadas conciencias, desde luego.
Te hablaría de nuestra galardonada Elena Asins que en su última exposición en
el Reina Sofía de Madrid, -ahí es nada-, alegaba que el discurso que emitían
sus obras había que diferenciarlo de lo “que en un hablar llano se llama
arte”,- me gustó por la sinceridad-. Explicaba que “trabaja en pos de una
estética basada en la semiología, -¿te suena?-, y en los números”. Dice, -en
relación con su obra “Strukturen”-, con un diáfano lenguaje: “se trata de una
nueva concepción de la imagen, en la que la cuarta dimensión absorbe a las
restantes. El número en el espacio convierte a este en tiempo”.- Me lo
expliquen-. Por lo que he leído de ti, es posible que no estemos muy alejados,
aunque la controversia destaque nuestros puntos de discrepancia. Te lo diré de
plano: No creo que exista el arte conceptual. Son actividades filosóficas,
psicológicas y conceptuales, pero no artísticas. Son lo que llamo “AEPS”
actividades de experimentación psico-social, de difícil inclusión en las
disciplinas englobadas en las ramas de las ciencias de la mente, el
conocimiento y el espíritu, pero igualmente no incluibles en la actividad
autónoma del arte, pero como aeps desarrolladas por diletantes de estas
materias, se ha escogido al subterfugio de llamarlo arte adjetivado,
aprovechando la corriente filosófica, que desmaterializó la realidad ontológica
que denominamos arte, la desdibujó y llegó al límite de definir el arte, como
lo que define el artista, sin especificar qué es un artista, en un sofisma de
petición de principio, contra la lógica más elemental. Saludos.
Estoy agotado. No
puedo más. Me rindo. Reconozco que soy un relativista. No creo en las verdades
absolutas, y en arte, mucho menos. Cada vez estoy menos seguro de todo. Decían
los sofistas que el hombre es la medida de todas las cosas. Los sofistas eran
buena gente. Y Diderot decía que de lo que escribía, unas cosas eran verdaderas
y otras falsas. ¿Dónde está escrito lo que es arte y lo que no? En ninguna
parte. Pues yo no quiero quitarle la ilusión ni al del cartel de "SOY UN
VERDADERO ARTISTA". Viva la tolerancia. Ya sé que esto no es científico.
Tampoco lo pretendo. La crítica es un ejercicio diletante. Creo que el título
de un libro mío que recoge 222 artículos de crítica, os dará una idea de mi
carácter. Se titula "TODO POR HELARTE". Abrazos a mis conversadores y
gracias a los demás por soportarnos, Gracias también a quienes han recomendado
mis textos y a Yanesti, que sé que le gustan.
Pero en el convulso mundo actual, después de dos guerras mundiales y otras muchas tragedias, injusticias y amenazas, no podemos esperar un arte bello. Tampoco podemos ser ya modernos ni contestatarios ni rompedores ni revolucionarios, porque desde que la sociedad asimiló una corriente tan radical como el Expresionismo Abstracto Americano, lo viene asimilando todo.
Cuando alguien dice: esto para mí no es arte, hay que decirle que su concepto del arte es muy reducido o está desfasado. Nunca podremos demostrar si una cosa es arte o no, con la claridad con la que se demuestra un teorema, de manera que los límites del arte serán siempre difusos. Por eso estamos hablando de arte.
Se deduce pues que, lo que convierte a un objeto cualquiera en obra de arte, es llana y simplemente la sala de exhibición. Es como en la Alquimia, metemos plomo en el crisol y se transforma en oro. Y nunca mejor dicho, pues esta transmutación de objeto vulgar de poco valor material, por el simple hecho de exhibirlo en una sala de arte, pasa a valer mucho dinero que se repartirán entre "el artista-alquimista" y "el galerista-crisol".
Sobre lo que comenta Jesús al respecto de tener como referentes las galerías, las escuelas y los libros de arte para delimitar el arte, me temo que no sea suficiente, aunque es al menos necesario.
La comprensión del arte requiera un esfuerzo que no todo el mundo hace. Hay mucha gente que sólo ha ido al fútbol y de repente va un museo a tumba abierta y es natural que no entienda nada. Yo no voy al museo de cera porque tampoco entiendo nada. Hay, incluso, un tipo de visitante de museos que va allí a cabrearse y sale resoplando. Dice Calvo Serraller que nadie puede ser catador de vinos la primera vez que prueba el vino.
No sé si os dais cuenta de que estamos hablando de cosas de 1917, de 1960 que todavía no han sido asimiladas Pollock nació en 1912, hace más de un siglo, Picasso murió en el 73, el Impresionismo está en la noche de los tiempos. (Lo digo porque algunos se creen modernos porque les gusta el impresionismo. Eso es muy fácil) Benito, tengo que decirte que te equivocas cuando dices (copio y pego):
“¿Es ésto arte? Y es que por mucho que te empeñes, y otros contigo, ni "la mierda del artista", ni "la fuente" de Ducamp, ni las acumulaciones de Arman y otros etcéteras, están universalmente admitidos como arte, todo lo contrario. Solo se empecinan en llamarlo arte ciertas minorías elitistas e ideologizadas”.
Esto, amigo Benito, es una barbaridad y, además, no es cierto. Es radicalmente falso. De manera que ni elitista ni triste. Cómprate cualquier libro de arte del siglo XX y verás cómo viene Arman, Klein, Duchamp, Warhol, el arte conceptual y muchas cosas más. Vienen hasta en los libros de texto más elementales. Existen minorías elitistas pero, afortunadamente hay muchísima gente que conoce, que acepta y que disfruta con todo esto. Me gustaría que hubierais visto a mis alumnos gozar de una exposición de Tàpies con un entusiasmo desbordante. Naturalmente, los preparé primero. Mucha gente no se lo cree pero aún me lo recuerdan y me agradecen que les diera la posibilidad de disfrutar con el arte contemporáneo.
No desaniméis, no cerréis puertas.
Todo empezó, en efecto, con los “ready made” y las “audacias” de Duchamp. Se recodificó, con los “objetualistas”, -me niego a llamarlos “realistas”-, como Tinguely y sus máquinas de “hacer arte”, -¿?_, Arman, con su anaqueles “acumulando” cacharros y ropa vieja, Breer, con sus carricoches hechos de desechos de chatarra, etc, etc. Tras este “risorgimento”, aparece una nueva ola, ahora ya abiertamente “conceptual”, Beuys, con su cayado y su “coyote”, Kounellis, con su pequeña “cuadra” de equinos, Mc Carthy, con su cara embadurnada de ketchup, Damien Hirst, con sus “carnicerías” y etc. Etc. Algunos de los cuales no han dudado de mofarse públicamente de sus coleccionistas y en las bibliotecas y hemerotecas están documentadas estas mofas. Y llegamos al momento actual, p. e. con Santiago Sierra y su montón de escombros. Lo curioso, y para mí de gran trascendencia, es que sus obras, son en casi su totalidad, efímeras, por lo que su legado cultural y social se limita a unas cuantas fotografías y videos, muchas de una mala calidad, y a lo que, sobre ellos, otros han escrito e interpretado, sin que pueda ser contrastado por los interesados en el arte con una contemplación directa de sus obras.
Retomo a Brossa, poeta prolífico y en ocasiones obtuso, ensayista y literato y en mi criterio autor de “culto”. Como artista plástico, sus esculturas visuales y urbanas, no aportan nada rompedor y novedosos, salvo, eso sí, el valor “conceptual”, que se les quiera asignar. Kosuth, filósofo y antropólogo, -¿?-, parece decir que la forma queda superada por el concepto, -realmente nada nuevo desde Duchamp-, la mímesis queda, por tanto, implícita y debe ser redescubierta por el observador. Insiste en la falacia: “el arte es la definición del arte”, intentando convertir así al arte en un concepto filosófico, -vuelve a leer ahora mi párrafo que ves obscuro y a lo mejor ahora lo entiendes-. Desde luego no es menos obscuro que los razonamientos que dan los “conceptualistas”, para explicar el “arte conceptual”-. ¿De verdad crees que Jenny Holzer golpea en las conciencias con sus instalaciones luminosas? Si lo hace, te lo aseguro, no lo hace ni más ni mejor, que muchos anuncios que podemos ver en TV y cines, aunque no niego que pueda hacerlo en determinadas conciencias, desde luego.
Te hablaría de nuestra galardonada Elena Asins que en su última exposición en el Reina Sofía de Madrid, -ahí es nada-, alegaba que el discurso que emitían sus obras había que diferenciarlo de lo “que en un hablar llano se llama arte”,- me gustó por la sinceridad-. Explicaba que “trabaja en pos de una estética basada en la semiología, -¿te suena?-, y en los números”. Dice, -en relación con su obra “Strukturen”-, con un diáfano lenguaje: “se trata de una nueva concepción de la imagen, en la que la cuarta dimensión absorbe a las restantes. El número en el espacio convierte a este en tiempo”.- Me lo expliquen-. Por lo que he leído de ti, es posible que no estemos muy alejados, aunque la controversia destaque nuestros puntos de discrepancia. Te lo diré de plano: No creo que exista el arte conceptual. Son actividades filosóficas, psicológicas y conceptuales, pero no artísticas. Son lo que llamo “AEPS” actividades de experimentación psico-social, de difícil inclusión en las disciplinas englobadas en las ramas de las ciencias de la mente, el conocimiento y el espíritu, pero igualmente no incluibles en la actividad autónoma del arte, pero como aeps desarrolladas por diletantes de estas materias, se ha escogido al subterfugio de llamarlo arte adjetivado, aprovechando la corriente filosófica, que desmaterializó la realidad ontológica que denominamos arte, la desdibujó y llegó al límite de definir el arte, como lo que define el artista, sin especificar qué es un artista, en un sofisma de petición de principio, contra la lógica más elemental. Saludos.
Jesús Mazariegos