A Coro López Izquierdo le fascina
lo antiguo, lo cargado de días y manchado por los años y por la acción
vivencial del hombre, presente en sus cuadros a través de sus señales.
A esta artista de la plástica y
de la arquitectura le subyugan los edificios vetustos, signados por la herrumbre en cierres y herrajes, y por el
verdín, con que los crepúsculos y las auroras han festoneado las fachadas y los
patios.
Le seducen las paredes estigmatizadas
por carteles y por el primitivo afán del hombre por dejar las huellas de su
presencia. Y sobre todo, es una enamorada del color y de los colores en toda la
gama. En sus cuadros hay luz, clara, pero crepuscular, que recluye a los
colores en el espectro tonal de los grises. Es el vértigo de la melancolía
Siendo esto así, a nadie puede
extrañar que los motivos de sus cuadros sean viejas casas o caserones viejos,
de viejos barrios, de viejas poblaciones, que proclaman vísperas de ruina,
porque, como arquitecto lleva en su mente la geometría euclidiana de los que
son sus objetos profesionales: los edificios, sus perspectivas y sus funciones.
Pero como artista elige de
aquellos, lo planos y los detalles que más la emociona, que más le sugieren y
que más le permiten llevar al lienzo el
ideal que insistentemente germina en su pensamiento.
Son óleos de un gran realismo,
siempre pasado por la imaginación y el sentimiento, -como por otra parte es
propio de todo buen pintor figurativo-, realismo que se ve elongado por el
sabio empleo del collage, consiguiendo cuadro de un gran efecto estético,
dentro una poética claramente definida por la autora.
La obra pictórica de Coro López
es sólida y homogénea, y supera holgadamente cualquier expectatíva que de ella se
pueda tener: Cuadro a cuadro, el espectador se ve atrapado por el ambiente
decadente y desolado de la escena, en la que siempre hay un hálito de vida
humana, aunque ésta solo sea percibida por el rastro que el hombre dejó a su
paso.
El gran dominio de la técnica
pictórica desarrollada por la artista, puede llevar, al contemplar las obras
agrupadas, a tener la sensación de que la artista desarrolla una cierta
afectación formal, que hasta el presente es más virtud que sombra.
Queremos destacar la obra de
grandes dimensiones, titulada “Bicicletas en Berlin”, realizada en técnica
mixta de fotografía impresa sobre lienzo y óleo, que impresiona por su enorme
efecto estético, su capacidad de crear sensaciones y emociones de muy diversa
índole, y que sigue la línea argumental de la diégesis de esta artista y de su
poética, al tiempo que explora nuevos caminos formales y expresivos. Habrá que
estar atentos
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