Con
el sorprendente título de “Morfologías Formales”, presenta el escultor Jorge
Palacios, (Madrid, 1979), en la Galería Kreisler, una colección de obras en
madera, concebidas y realizadas para ser expuestas en amplios espacios
públicos, pero también obras de menor tamaño adecuadas a espacios más íntimos.
Sus
esculturas pueden codificarse dentro del paradigma del arte abstracto, sin embargo,
casi todas ellas, responden a imágenes objetos y elementos físicos identificables
en el mundo real, en los que el artista encuentra su inspiración, plasmando las
ideas así concebidas en sus esculturas, si bien aplicando un proceso de economía de la forma, en una acción
de supresión radical, siguiendo la pauta que Hans Hoffmann marcó al señalar que
“el talento de simplificar significa
eliminar lo innecesario para que así pueda hablar lo necesario”.
Jorge
Palacios es un enamorado y un gran conocedor y estudioso de la madera: Investiga
sus propiedades y cualidades, sus ensamblajes, los métodos para aumentar su
perdurabilidad en el tiempo y en la intemperie, los útiles para su manipulación y todos aquellos
aspectos y elementos que influyen en los procesos de esculpido y en los resultados
aspectuales de las obras, haciendo uso de
todo tipo de maderas: desde iroco, accoya, seike y camagón, hasta el aliso, la
teca, el palo rojo, el ébano y la caoba.
El
propósito final de este artista, -conforme indica el catálogo de la exposición-,
es “esculpir emociones y conceptos intangibles”, mostrando así su proximidad
teleológica al pensamiento de Josef Albers, quien consideraba que “el propósito
general de todo arte es siempre el mismo: expresar y generar emociones”. Y desde
luego lo consigue sin duda, dando a sus obras unas morfologías estructurales
icásticas, sobrias, pero con un especial atractivo sensorial, que capta la
inmediata atención del espectador.
El
dilema formal de la articulación de superficies, que en la escultura establecen
las formas con la luz, lo resuelve Palacios recurriendo a los volúmenes curvos,
en donde el diálogo entre luces y sombras queda notablemente diluido y
sustituido por el juego voluptuoso de curvas, brillos y tonalidades propias de
los distintos trozos de madera adecuadamente ensamblados de forma consciente y
estudiada.
Como
artista postmoderno es ecléctico en su estilo, recurriendo en sus procesos
creativos a la ciencia y a la tecnología, de forma que diseña haciendo uso de
sus estudios sobre la mecánica de fluidos y la tensión superficial y de las
curvas de Bézier, mediante las cuales expresa acabadamente las energías
cinéticas aprisionadas en los movimientos detenidos, que sus esculturas
contienen, jugando con la metáfora y la paradoja al sugerir con sus esculturas
objetos reales o conceptuales.
Jorge
Palacios en su aún corta carrera como escultor, dada su juventud, tiene ya
labrado un nombre altamente acreditado, que se ha visto unido a los mayores
iconos vivos del arte pop, conceptual, povera, y minimal en diversos espacios
expositivos en los que su obra ha coincidido con la de ellos, siendo habitual
ver sus creaciones presentes en las más importantes ferias internacionales de
arte contemporáneo.
Esculturas
suyas hay en colecciones públicas y privadas en España, Canadá, Suiza y Estados
Unidos, en donde, -concretamente en Nueva York-, su obra ha sido especialmente
bien acogida y valorada por su interés actual y potencial de futuro.
Esta
exposición amerita su denso curriculum, revelador de un talento que sabe
expresar su arte de manera convincente.
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