Reunión
de tres pintores figurativos y una pintora abstracta en esta veterana y prestigiosa
galería.
Todo
se explica si tenemos en cuenta que los cuatro pintores han asistido, como
alumnos y becados, (discípulos se diría en aquel entonces), a los talleres del
maestro hispano-chileno, afincado en Madrid-Chinchón, Guillermo Muñoz Vera, cuyo
método pictórico, según confesó a Fernando Díaz – Plaja, en 1991, se basa en
pintar “ a la manera de…” los pintores que ha copiado y copia y que van desde
Antonio López a Miguel Ángel, pasando por Velázquez, Zurbarán, o cualquier gran
maestro que le sirva para solucionar los problemas que le plantea un escorzo o
la torsión de una mano, la composición de un grupo o la armonización de
colores.
Todos
estos artistas, “con una técnica que combina la fotografía, la informática y
los pigmentos al óleo”, (conforme indican en el catálogo), conjugan tradición y
contemporaneidad y toman, para esta exposición, los paisajes de Normandía, como
objeto común de interpretación, y, tres de ellos, bajo pautas de un claro y
marcado realismo, matizado por las subjetivas interpretaciones que cada artista
hace del modelo.
Patricia
van Dionat, (Madrid, 1962), Ricardo Sanjuán, (Reinosa, 1953) y Amparo Alfonso
García, (Murcia), cada uno con sus personales improntas y lecturas de la
realidad, presentan una cierta homogeneidad o unidad estilística y de paleta, que
proviene, sin duda, de su común paso por la escuela de Muñoz Vera.
Son
cuadros de artistas muy capacitados y con grandes recursos de lenguaje,
adquiridos mediante un intenso periodo de formación y ensayo. Obras de depurada
factura formal, dotados de una expresa poesía, que llega al sentimiento y
despierta la emoción, tanto sea en la contemplación de un paisaje, de un mar en
movimiento que se abate cadencioso sobre la playa, como de composiciones de
elementos y objetos de uso común.
Estos
artistas han apostado por una estética de la belleza, en su sentido más
tradicional, dotando a sus cuadros de una desbordante potencia comunicativa, con
la que alcanzan de forma eficaz su finalidad teleológica: Satisfacer el sentido
del gusto y dejar una obra consistente e inteligible a las futuras generaciones
en un continuum cultural.
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