sábado, 28 de mayo de 2016

148.05* JAUME DE LAIGUANA. EL LENGUAJE DE LA PIEL. GALERIA KREISLER. Hermosilla, 8. Madrid





Una vez más emerge, en el campo del “nuevo arte” de la fotografía, una figura que ha encontrado en esta técnica la vía de expresión plástica de las ideas y visiones que la figura humana le sugiere y que, con su talento, el sabe plasmar en actos creativos de muy alto nivel de excelencia.


A  Jaume de Laiguana, (Jaume López, -Barcelona, 1966-, que proviene del mundo profesional de la comunicación gráfica), como artista plástico, le interesa mucho la figura y tanto como captarla y revelarla con la mayor fidelidad posible a la realidad objetiva.

Es más, le interesa ampliar el campo de la visión humana, acercando a la pupila del espectador los detalles, que normalmente pasan desapercibidos al ojo, -aun cuando se trate de una mirada atenta-, para poner al descubierto la belleza que encierra la imperfección, si ésta se presenta envuelta por el halo mistérico que rodea a lo desconocido, cuando nos es manifestado subitánea e intencionadamente, con ánimo de sorprender nuestra ignorancia o nuestra  ingenuidad, que en esencia son una misma cosa.

En palabras este artista, del cuerpo humano le interesa, no solo la expresión corporal y gestual, cuerpos y rostros, sino también los detalles íntimos e irrelevantes para el común, pero que él convierte en categoría de arte: en fotografías extraordinariamente cuidadas en el enfoque y la iluminación de las figuras fotografiadas; luces y sombras. Lo suyo es una fotografía testimonial, pero realizada buscando las características esenciales definitorias de objeto artístico

En esta muestra del “El lenguaje de la piel”, - a través de dieciocho macro-fotografías en blanco y negro-, Jaume de la Iguana evidencia cómo es posible llegar a plasmar en imágenes toda una teoría sobre las formas y la textura de la piel azabache de su modelo y, como mistagogo oficiante de un ritual esotérico, hacer emerger de las imágenes una tensión emocional radicada en fuerzas apotropaicas.

En los cuadros se intuye el erotismo, pero se verifica una especie de oxímoron, ya que en ellos está ausente la sexualidad. Todo ello se explica cuando se tiene en cuenta las intenciones heurísticas del artista, que, como él mismo dice, le indujeron a quedarse “con la síntesis, para representar la parte abstracta del cuerpo femenino”, logrando así una bella y consistente muestra del enorme potencial este gran artista de la fotografía.

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