Realmente
a la pintura que Joseba Eskubi, (Bilbao, 1967), presenta en esta exposición bajo
el título de “Hipnosis”, se le puede aplicar, “mutatis mutandis”, lo que de la
pintura de Francis Bacon dice el pintor y crítico argentino, Mariano Akerman :
“Su arte es inusual, tanto por sus formas como por su contenido. Complejo y
contradictorio, extraño, intenso y problemático. Admirable y simultáneamente
preocupante, ataca por sorpresa. Trabaja directamente sobre el "sistema
nervioso" y abre "las válvulas del sentir". Resulta tan
magnético como repelente. Es auténtico, pero también inquietante. Atípico,
quimérico, polivalente. Extremadamente sugestivo. Salvajemente humano”.
Y
no hemos traído aquí de forma casual la referencia al pintor inglés, sino, al
contrario, lo hacemos porque los cuadros
de Eskubi tienen la plasticidad y la visceralidad de la pintura de Bacon y una
sustancia y entonación goyescas, que se desvelan tanto en las figuras, como en
la totalidad del lenguaje compositivo, y, de igual forma que el pintor de Fuendetodos,
Eskubi sabe aplicar la tradición del claroscuro, - tan arraigada en la pintura
española-, concertándola con un explosivo y matérico empleo de los colores
puros, que mezcla y superpone, usando el lienzo como paleta.
Presenta
también una serie de fotografías, impresas a modo de collages, de obras de
grandes clásicos intervenidas por su mano, con pinceladas directamente
aplicadas sobre ellas, de modo tal que el observador se ve forzado a redescubrir
a reinterpretar las nuevas formulaciones, adentrándose en el mundo de lo
fantástico, de lo irreal, es decir, de lo irracional,
la
pintura de Eskubi se inserta en la tradición de la pintura fantástica, que va
desde Paolo Uccello y El Bosco, pasando
por Goya, Redon, Arp, Chirico, Max Ernst, Man Ray, Tanguy, Dalí, Miró,
sin olvidar al poliédrico Picasso, hasta nuestros días. Pues en todos ellos está
el sello del paradigma surrealista enunciado por André Breton y Louis Aragon,
como lo está en las palabras de Antonio Romar, (vid.Trítpico de la exposición),
cuando, hablando de las obras de Joseba Eskubi dice, (sic.) “la figura rodea la
sed y le sonríe a usted, tal vez es su propia sed. se parece mucho a un cuerpo
sin cabeza, pero es sólo cabeza, una cabeza enorme sin cabeza, eso es la sed
que ya cambia”. Esa es la pintura, que se presenta en la colección de
“Hipnosis”.
Pintura
atractiva, inquietante e inquisidora, que tiene la virtud de no dejar
indiferente, porque posee el magnetismo del misterio y el morbo que provoca el
espanto de lo visceral y de lo irracional puesto al descubierto.
Sin
llegar a participar de la hipérbole de André Breton, de predicar que únicamente
lo maravilloso,- tomando como tal lo fantástico, lo irracional-, es bello,
habremos de coincidir que es, sin duda, sugestivo y sugerente, sin por ello
negar su belleza objetiva.
Muchas gracias por tu acertada visión de la pintura de Eskubi, vamos a ver si este artículo genera también la incertidumbre necesaria que estimule la necesidad de la comprobación in situ.
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