Bajo el título de un ingenioso y
polisémico calambur, la galería BAT expone la obra pictórica de Helí García,
(Granada, 1983), realizada en los dos últimos años y compuesta por cuadros, en
general, de gran tamaño, en los que desarrolla la narración simbólica de
situaciones sociales arquetípicas, a través de transposiciones zoográficas del
comportamiento del “homo socialis”.
Siendo el hombre animal social,
como el proverbio latino declara: ¿Qué mejor manera de desarrollar esta
diégesis que tomando a la zoografía como parábola?
De esta forma, cada cuadro recoge
en forma de anacronismo espacial comportamientos humanos, en los que las
personas han sido sustituidas por aquellos animales que mejor se avienen a
representar el carácter del humano sustituido.
Teniendo en cuenta estas
consideraciones, la obra de este artista debe ser contemplada bajo esta concreta
hermenéutica, para llegar a su cabal comprensión.
La parte “histérica” de la
exposición está presente, en cada cuadro, por la excitación que emana del
carácter neo-expresionista del estilo que Heli García practica, (como otros
artistas postmodernos, que forman ya escuela), y que bien puede ser considerado
como heredero de los que Max Beckmann o Kokoschka practicaban, si bien con una
mayor austeridad en su paleta, en la que el blanco y los tonos grises,
conforman las sinfonías cromáticas de estas composiciones, en los que el blanco
del lienzo suele ocupar significativos espacios en la composición formal.
Composiciones aparentemente
caóticas, basadas en un riguroso y realista dibujo, que tiene su base en el
estudio y pleno conocimiento de los animales que representa en sus historias
pintadas. Dibujo realizado, en fin, con gran maestría y talento.
Cuadros todos plenos de total
energía y comunicabilidad, que crean emociones y las transmiten.
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