lunes, 17 de noviembre de 2014

113.12* COLECTIVO FEMENINO DE ARTISTAS. DE PROFESIÓN SUS LABORES. E. T. S. I. DE MINAS Y ENERGÍA. Ríos Rosas, 21. Madrid







En el patío cubierto de este magnífico edifico del arquitecto Velázquez Orozco, -demostración de su personal estilo modernista de finales del XIX -, ha sido instalada una exposición, que recoge obras de dieciséis mujeres artistas, las cuales pretenden, -en boca de unas de sus comisarias, Linda de Sousa-, dar homenaje a las mujeres maltratadas de todo el mundo, en sintonía con la celebración del “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Doméstica”, instituido por las Naciones Unidas, a celebrar los 29 de noviembre de todos los años.


Dedicarse a la ambigua profesión de “sus labores”, siempre ha sido sinónimo de desarrollar una ocupación de segundo orden, reservado con exclusividad a la mujer y, específicamente, al “ama de casa”. Así fue y así sigue siendo en la casi totalidad de las sociedades mundiales.

Pero eso es, venturosamente, casi historia en el mundo occidental desarrollado. Sin embargo, resulta notable y sorprendente comprobar que ya hay mujeres cultas, preparadas, trabajadoras y magníficas profesionales, que muestran cierta pesadumbre por la pérdidas de algunos valores vigentes en aquel tiempo pasado, - que, desde luego, en determinados aspectos, no fue mejor-, en el que la condición de “ama de casa” era socialmente preterida y el trabajo en “sus labores” era cuando menos ignorado.

Así, MaríaTecla Portela Carreiro, -intelectual lusista, escritora, periodista y crítica de arte-, reconoce en la introducción del catálogo de la muestra,  que hoy ser ama de casa es “una misión desestimada, de difíciles y contradictorios planteamientos, cuyo abandono ha resquebrajado nuestro todo y ha hecho temblar nuestros cimientos hasta lo más profundo”. Tremendo alegato, que presagia o anuncia un incierto futuro a nuestra “progresista” sociedad y que nos hace formular la pregunta de si, en determinados aspectos esenciales para el desarrollo humano, se ha avanzado o retrocedido, máxime cuando empezamos a recoger sus frutos en forma de multitudes de niños desarraigados y de jóvenes desmotivados y vitalmente escépticos y masas de adultos transitando sin ilusiones y ansiosos de compañía, agobiados por la soledad y angustia.

Todo eso, y quizá más, quieren expresar estas artistas con las obras expuestas en esta muestra, tal y como lo hace la polivalente Linda de Sousa, - como se ha dicho, comisaria de la exposición junto con Antonia Dávalos, también expositora-, con un cuadro expresionista, de técnica e impresión digitales sobre lienzo, titulado “¡¡¡Liberadme!!!” y su instalación “Transparentes”, de hondo contenido conceptual. Obras ambas de gran plasticidad y plenas de significados y simbolismo, ejecutadas con un lenguaje iconográfico recurrente de figuras representativas de mujeres, en dibujos evanescentes realizados con una gran economía de seguros y firmes trazos.

Paloma Peláez Bravo, profesora de pintura de la Facultad de Bellas Artes de Madrid, reconoce que el ritmo vertiginoso de la sociedad le ha hecho sentir la necesidad de “plasmar una revisión pintada de las variadas dimensiones que toma su día a día, como el de otras muchas mujeres, en la sociedad actual”. Así, presenta el cuadro “Mater-Natura: Vita”, -óleo sobre lienzo-, impresionante en su  temática y semántica compositiva, casi monocromo en colores sienas y ocres matizados por acertadas veladuras, en el que muestra al recién nacido enfrentado, en soledad, a un entorno extraño entre protector y hostil.

Resulta reseñable, asimismo, el provocativo cuadro abstracto, -en acrílico sobre lienzo-, de la mejicana Aidee de León, -licenciada en Artes Visuales en la UNAM del país azteca-. Cuadro colorista y bien compuesto, que la autora titula “Profesión: Sus deberes” y muestra el mundo heteróclito de los pensamientos de la mujer ocupada en la multiplicidad de deberes que le acosan, pero que sabe iluminar al tiempo que se mueve por los espacios entrópicos, propios de la intuición y la sensualidad femeninas, en permanente indagación de lo que debe ser, para aumentar su capacidad de construir nuevas redes de ideas, de acciones, de planteamientos e interacciones, desde repensar la idea de casa hasta el deber ser ‘creativo, como ella misma explica..


Nos llamaron, en fin, la atención las esculturas de Liane Katsuki, en broce patinado, con claras resonancias orientalistas y exóticas, que trasmiten, -como el desaparecido maestro Antonio Cobos dijo de ellas-, “el carisma de su propia personalidad femenina”, y atesoran las vivencias y enseñanzas recibidas en las escuelas de arte de París y Tokio, donde Liane Katsuki estuvo asimilando conocimientos.

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