miércoles, 20 de febrero de 2019

193.01* JORGE HERNANDEZ CARS AND GIRLS GALERÍA MY NAME’S LOLITA ART. Almadén, 12. Madrid




El título de la exposición, “Cars and Girls”, parece que proviene de una canción, que lanzó a la fama, allá por 1988, al grupo británico “Prefab Sprout”, en la que su líder McAloon afirmaba que “algunas cosas lastiman más, mucho más, que los coches y las chicas”.


La balada, nos dicen en la página de presentación de la muestra, llegó a formar parte del conjunto de aquellas canciones relacionadas con la pasión de viajar al volante y soñar con chicas atractivas y seductoras, que por la época era moda en las sociedades avanzadas.

Es posible y coherente que éste sea el espíritu abstractivo que ha movido la idea del artista, pues los automóviles y las chicas son componentes permanentes en sus cuadros.

Cars and girls, coches y chicas, se mueven en distintos ámbitos, que definen, por su luz y extensa y armoniosa paleta, ambientes placenteros, atrayentes, que evocan una apacible y deseable felicidad; la misma que emana de aquellas viejas superproducciones musicales en tecnicolor del Hollywood en su época más esplendorosa.

Los cuadros de Jorge Hernández son como viñetas, como escenas cinematográficas congeladas de historias posibles, en espacios donde el tiempo se ha parado y con él la dinámica de los seres que los habitan junto a “clásicos” automóviles, con los que forman conjuntos en donde lo anacrónico, lo extemporáneo y lo surrealista dan significado conceptual a la escena representada.

De otra parte, sus obras constituyen sin duda unas particulares y artísticas formas de pictograma: Son como signos de un sistema basado en unas figuras trascendidas de significados, en los que el artista ha suprimido todos los elementos superfluos, por ello innecesarios, pero ha añadido otros, de carácter surrealista, que completan el cifrado de los mensajes implícitos en ellos.

Con pinceladas cuidadas, colores puros y composiciones formales armónicas, presentan los cuadros de Jorge Hernández una señalada paronomasia con la pintura pop de los sesenta-setenta, quizá sea por los anacronismos contenidos  en sus cuadros, quizá porque las escenas representadas, con pincelas cuidadas y fluidas, evocan “prima facie” el espíritu pop de la cotidianidad  y de lo usual.

Sin embargo, un análisis en profundidad de las representaciones de Hernández pasa por detenerse en los detalles que rodean a los personajes, pues nada es, tan solo, lo que a simple vista parece, ya que hay mucho simbolismo en ellas, que exige un mínimo de reflexión.

Teniendo en cuenta todas estas consideraciones, las obras de este artista deben ser contempladas bajo una concreta hermenéutica, en la que hasta los títulos de las obras son significativos para llegar a su cabal comprensión y goce, más allá del puramente estético, que lo dan y en alto grado.



BENITO DE DIEGO GONZÁLEZ
Miembro de la Asociaciones Internacional,
Española y Madrileña de Críticos de Arte

12/01/2019

No hay comentarios:

Publicar un comentario