Dice
de si misma, esta sólida artista y veraz pintora, cual es Soledad Fernández,
(Madrid, 1949), que “su herencia es la tradición de un determinado realismo que
proviene de Velázquez y del Siglo de Oro” y que su tema principal es el cuerpo
humano, - especialmente el cuerpo femenino, puntualizamos-, mediante “una
aproximación realista y naturista del mismo, aunque impregnada de un fuerte
simbolismo heredado del Romanticismo”.
Declaración
rotunda de un espíritu que la enlaza directamente con aquellos simbolistas del
diecinueve, a su vez herederos directos de los últimos románticos y de los prerrafaelistas
que con ellos convivieron. Movimiento simbolista que
no dejó de ser más que la expresión de unas inquietudes de tipo espiritual, que
no perseguía tanto la descripción naturalista de lo visible, como de pintar la idea que bajo la
realidad subyace.
Tal y como dijo Maurice Maeterlink el ideario e imaginario
simbolista tan solo pretendía “mantener abiertas las grandes vías que llevan de
lo que se ve a lo que no se ve” y así dar entrada al imperio del alma y de la
metafísica sobre la materia y lo material.
Todo ello acola perfectamente con el ideario y la praxis de la
pintora Soledad Fernández, que declara su
voluntad de expresar lo que siente delante de la realidad mostrada, quedando su pintura penetrada y atravesada por un
misticismo laico, -si se nos permite el oxímoron-, que otorga a sus figuras un
mistérico y envolvente halo de belleza y poesía.
Y
es que, como dijo el pintor romántico, Caspar David Friedrich, “el artista no
solo tiene que pintar lo que ve delante de si, sino también lo que ve dentro de
si, Si no ve dentro de si nada, debe dejar también de pintar lo que ve delante
de si”, Soledad, con una pintura “realista y naturista” de pincelada veneciana,
haciendo suyo este lema, expresa en cada cuadro un sentimiento, una idea, un
pensamiento, que se materializa en un mundo compositivo intemporal, pleno de
significantes simbólicos.
“Nada
es menos real que el realismo. Los detalles son desconcertantes, sólo por medio
de la elección, la omisión y la acentuación avanzaremos hacia el verdadero
significado de las cosas” afirmó Georgia O’Keeffe y Soledad Fernández lo
confirma en cada una de sus obras, en las que el realismo de sus imágenes queda
trascendido por aquello que sus figuras interpretan, en un juego dominado por su carácter anfibológico.
Son
sus cuadros universos arquetípicos de situaciones que atañen al ser humano en
su globalidad, para cuya interpretación no se requiere de una hermenéutica
complicada, ya que apelan directamente al sentimiento del observador, que tan
solo tiene que abrir su alma al mensaje que le llega directo y prístino, como
melopeya de un poema virgiliano.
Significados
que consigue trasmitir mediante una cuidada y estudiada estructura formal del
cuadro, en donde los fondos juegan una función definitiva en la construcción
del símbolo, una limpia y metódica ejecución de una técnica muy depurada, apoyada
en un dibujo sólido y un uso magistral de los pigmentos.
Cuando
Soledad habla de su obra maestra, “Homenaje”, trasunto y paráfrasis traída a
nuestro tiempo de “El descendimiento de la cruz” de Roger van der Weiden, -obra
que desde siempre la sedujo hasta casi la fascinación, tanto como simple contempladora
de pintura, que como artista pintora, interesada en la técnica de los grandes
maestros innovadores-, pone al descubierto todo su ánimo simbolista: De esta
forma el Cristo-víctima en la obra de Van der Weiden, se ha venido a transmutar
en uno de esos muchos jóvenes, víctima igualmente de otra tragedia personal, símbolo
de la existencia del dolor, drama permanente de la condición humana, como ella
misma explica.
El
conjunto de dibujos a grafito y bocetos al óleo, que Soledad ha concebido y
realizado para incorporar al cuadro son exponentes de la enorme capacidad,
talento y solercia que esta artista posee y que ejecuta con una técnica muy
cuidada y depurada, buscando la perfección holística de sus cuadros.
BENITO DE DIEGO GONZALEZ
Miembro de la Asociación Española
y de la Madrileña de Críticos de
Arte
www.domusdidaci.blogspot.com.es
19/07/2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario