miércoles, 22 de noviembre de 2017

172.11* EL HORTELANO . SERIE NUEVA YORK 1987-1989 & SERIE HUMANO . GALERÍA MY NAME´S LOLITA ART. Almadén, 12. Madrid




Dentro de un mes se va a cumplir un año del fallecimiento del pintor El Hortelano, José Alfonso Morera Ortiz (Valencia 1954- Madrid 2016), considerado como uno de los más significativos pintores españoles de su generación, que expuso en todo el mundo y sus cuadros cuelgan en diferentes museos y fundaciones. Fue premiado por el Ministerio de Cultura con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en el año 2009.

En esta coyuntura, la Galería My Name’s Lolita Art, presenta en Madrid dieciocho cuadros del artista, pintados en distintas épocas de su trayectoria.

Aún en la infancia, José Alfonso Morera Ortiz comenzó a dibujar y a firmar sus composiciones con el heterónimo de El Hortelano, que mantuvo durante toda su vida, como lo hicieran con los suyos sus admirados El Greco y El Bosco.

Al trasladarse a Madrid (1975) El Hortelano contactó con los pintores Ceesepe y Pérez Villalta y los fotógrafos Alberto García Alix y Ouka Leele, a los que unió para siempre su nombre y con  los que compartió estudio en el Paseo Imperial madrileño, en donde crearon una estética, indicativa del inminente cambio de paradigma formal, en relación con la precedente generación de los años sesenta.

Este grupo desarrolló, durante la década de los setenta, la estética de una época clave en la historia de la cultura popular española del siglo XX. El Hortelano fue un “avant garde” y pasó a convertirse en el  protagonista de la Movida madrileña, (década de los 80); de la que se gestó en el Rastro, no la de Malasaña, dada a la psicodelia.

El artista con su hermano Fernando y Ouka Leele, (ya como su mujer), se trasladan en 1978 a Barcelona a vivir en Montjuich y frecuentan amigos artistas: Mariscal, Miquel Barceló o Broto.

En esta época produce intensamente cuadros, dibujos, ilustraciones para revistas, diseños de telas y otras creaciones, como en otro tiempo hicieran Los Nabís, cuando descubrieron que el arte podía ir más allá de la pintura de caballete.

Con su personalidad alegre y decidida y una capacidad artística sólida e innovadora se convirtió enseguida en un referente para los artistas de su generación, entre los que destacó por su intuición poética, su visión contorsionada  de la realidad, su sentido del humor y de la ironía y por su ontológico romanticismo.

En 1987 le conceden la beca de Artes Plásticas del Comité Conjunto Hispano Norteamericano, para residir y trabajar en Nueva York, donde permaneció casi tres años. De este tiempo es de donde se ha seleccionado una parte de los cuadros componentes de esta muestra. La otra corresponde a la serie Humano, cuya idea empieza a germinar en su mente, durante esos días.

La exposición está compuesta por:

Cuatro cuadros de gran formato, de los que realizó inmediatamente antes de partir a Nueva York de la serie “El perdón de los pecados” (1987).

Cuatro cuadros, también de gran formato, de la serie que pintó en Nueva York. Esta serie representa una de las épocas más creativas del artista, en la que explora el mundo onírico del surrealismo.

Y diez cuadros, de pequeño formato, de la larga e inconclusa serie, denominada “Humano”. En cada cuadro de la serie, sobre la mancha de la huella de una mano de la persona por él conocida estampada sobre el lienzo en blanco,  El Hortelano pintaba hasta completar la obra. El mismo explicaba cómo cada mano le producía unos sentimientos diferentes y antitéticos: amor, odio, frío, calor, luz, oscuridad, líquido, sólido, grande, pequeño…, que le inspiraban las imágenes a pintar. De forma tal, que esta serie supone un caminar por los sentimientos y vivencias de El Hortelano en relación con el ser humano; recorrido pleno de emoción, de luz y de color.

Terminando: Gabriela Cañas, (El País. 18.1.1986), transcribiendo las palabras del artista, recogidas en una entrevista que le hizo, escribe: ‘Dice que cada cuadro le cuesta un dolor de estómago y su pintura es un homenaje a Dios: "Porque la vida me parece tan increíblemente extraña y rara que quiero que mis cuadros sean como altares para celebrar el misterio de las vitaminas y del por qué sale el sol".’ Inteligente testimonio de fe de una persona de mente compleja y creativa.








BENITO DE DIEGO GONZÁLEZ
Miembro de la Asociaciones Internacional,
Española y Madrileña de Críticos de Arte
12/11/2017














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