jueves, 12 de septiembre de 2019

198 05* MARÍA JESÚS PÉREZ CARBALLO UN MUNDO DOS MUNDOS GALERIA DE ARTE ORFILA. Orfila, 3. Madrid




La lucense María Jesús Pérez Carballo es sobre todo dibujante y es con esta técnica con la que alcanza las más encumbrados resultados de su expresión artística.


Es dibujante concienzuda, que practica el aserto del maestro Antonio López, quién advierte de la necesidad perentoria de todo artista plástico de “dibujar todos los días”, quizá sea porque dibujando descubre las formas ocultas a la visión corriente y le permite componer paisajes utópicos e ideales, que, solo mediante el trazo del lápiz, es posible materializar ante los sentidos. Poder este concedido en exclusiva al artista, para su mayor deleite y de quienes posteriormente puedan gozar de la contemplación de sus obras, como Joaquín Sorolla reconocía.

Si todo el arte es creación, el dibujo es la sublimación del acto heurístico, pues, el solo trazo de una línea, puede tener la virtud de transformar la nada del lienzo o el papel blanco en un mundo completo de expresividad, ritmo y armonía, que otorga al que lo contempla la sensación placentera y benéfica que la belleza concede.

En el libro-ensayo monográfico-crítico, titulado “María Jesús Pérez Carballo – Sombras Nos Muros”, y, en sus páginas preliminares, la artista escribe a mano una apocadíctica definición de su actitud vital y expresa con vehemencia la dialéctica personal en que está inmersa, entre deseo y proyección real, que nos ayuda a entender y a enjuiciar su obra artística.

Dice así: “A través de las palabras de Antonio Leyva descubro que parezco ser todo lo contrario de la que me gustaría ser. Me gusta la luz y camino en la niebla. Me gusta la claridad y juego a la ocultación. Me gusta la seguridad y me muevo entre desasosiegos e interrogantes. Me gusta el silencio y parloteo sin descanso. Me quiero contar y me embrollo. Un estímulo para seguir buscando – me pintando. Quiero un cielo de estrellas. Como siga así me moriré gritando ¡Quiero otra cosa!”

Esta dialéctica y la subjetividad con la que aborda su creatividad, le hace reconocer que “la realidad se construye a partir de una cierta esperanza interior que poco tiene que ver con los datos, incluso puede negar la evidencia de éstos”.

Dos ámbitos contrastados la constituyen. En el primero es su calidad de extraordinaria dibujante la que prevalece, - se dice en la presentación de esta muestra de “Un Mundo Dos Mundos”-, bien que ni la simple trascripción de la realidad visible ni lo imitativo califiquen una expresión realista en la que forma y contenido están íntimamente trabados y en la que lo conceptual es absolutamente determinante en unas obras, gratificantes y serenas, cuya sustentación es la realidad doméstica según sus propias palabras: “Nos movemos mentalmente entre dos ámbitos contrastados, una realidad doméstica cotidiana más o menos amable – gratificante y otra realidad cruel – injusta que, generalmente, nos llega a través de imágenes y casi siempre nos resulta ajena”.

El segundo, que la artista quiere que sea “un homenaje a los reporteros/as que, aun a riesgo de su vida nos dejan constancia, a través de sus imágenes, de la que posiblemente sea hoy la única información fidedigna”, es una indagación, -ya experimentada por ella desde los años ochenta-, de las posibilidades expresivas del collage, trabajado por la artista con genuina y particular técnica, para trasladar al lienzo o al papel, -mediante la conjugación de elementos contrarios, de las “asimetrías”: el grito y el silencio, la luz y la oscuridad, lo dinámico y lo quieto-, no la realidad ilusoria, sino la lacerante que esas imágenes muestran, y que son más que simbólicas.



BENITO DE DIEGO GONZALEZ
Miembro de las Asociaciones Internacional,
Española y Madrileña de Críticos de Arte.

19/05/2019

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