jueves, 16 de abril de 2020

208.11* COLECCIÓN MASAVEU . PINTURA ESPAÑOLA DEL SIGLO XIX . FUNDACIÓN MARIA CRISTINA MASAVEU, Alcalá Galiano, 6. Madrid


La sede de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson de Madrid está situada en un antiguo palacete neoclásico, construido entre 1881 y 1882, según proyecto de Luis de Landecho, si bien su fachada fue modificada en 1949 por J. M. de la Vega Samper, que ha sido rehabilitado siguiendo pautas de la moderna arquitectura, de forma que a todos los elementos rehabilitados les ha sido aplicando un lenguaje formal contemporáneo y bajo criterios de funcionalidad, que otorgan todo el protagonismo a los materiales., como explica el fascículo editado ad hoc por la fundación. Sin duda es digno de ser visitado y conocido y así poder contemplar “Silencio 2018” de Jaume Plensa, en uno de sus patios de luz interiores.


La Colección Masaveu presenta una selección de 117 obras de uno de los núcleos más interesantes de sus amplias y variadas colecciones: el de la pintura española del siglo XIX.

El recorrido, que arranca con Francisco de Goya y se extiende hasta el modernismo y el postmodernismo catalán, permite conocer la evolución que tuvo lugar en el arte en aquel periodo. Los nombres de los pintores españoles más destacados están aquí presentes.

Como indica el fascículo que la organización ha editado, la muestra se inicia con dos significativas obras de Francisco de Goya y Agustín Esteve, un retrato neoclásico de Zacarías González Velázquez y cuatro pinturas de Vicente López que van desde el barroco tardío de su formación hasta las obras con formas del romántico de su última fase.

En cuanto al Romanticismo, los retratos de Antonio María Esquivel y de su hijo Carlos María y las cuatro vistas de Manuel Barrón ponen de manifiesto la calidad que alcanzaron, en ambos géneros, los artistas sevillanos. En cuanto a los pintores madrileños también destacaron en el retrato, como se muestra aquí en las tres obras de juventud y de la primera madurez de su máximo exponente, Federico de Madrazo.

Junto a él, la vena goyesca aparece excelentemente plasmada en las obras  de Eugenio Lucas Velázquez. Las pinturas de género de Dionisio Fierros y Eduardo Rosales, (con la recuperación de una relevante obra de este que se hallaba en paradero desconocido), revelan el interés que existió por las escenas de costumbres en el tránsito del romanticismo al realismo.

El siguiente bloque de la exposición muestra las numerosas corrientes que surgieron en  el último tercio del siglo: En él tuvieron cabida tanto el género histórico (en el que destacaron Ignacio León y Escosura y Francisco Domingo Marqués, con el remarcable cuadro de “La partida de cartas”), como el paisaje, verdadero cauce de renovación, tanto en su vertiente realista (con Carlos de Haes, Agustín Riancho, Martín Rico, Mariano Fortuny y Luis Álvarez Catalá) como en la naturalista/impresionista (con Aureliano de Beruete, Eliseo Meifrén del que se expone el magnífico cuadro “La Cala de Cadaqués”, José Moreno Carbonero y Cecilio Pla).

También las costumbres atrajeron la atención de los pintores, influidos algunos como Luis Menéndez Pidal por la tradición realista española del Siglo de Oro; otros, como los hermanos José y Luis Jiménez Aranda, por la pintura naturalista  de Jules Bastien-Lepage; y algunos más, como José Villegas, Dionisio Baixeras y Fernando Álvarez de Sotomayor, centrados en la representación desenfadada y brillante de motivos relacionados con el ocio burgués.

El corazón de la colección y siguiente bloque de la muestra, lo conforman algunas de las numerosas obras de Joaquín Sorolla que alberga la Colección Masaveu. Pero también está muy bien representada la renovación que siguió, a través de las obras de Darío de Regoyos (entre las que se encuentra la última pintada por el artista), Francisco Iturrino, Ignacio Zuloaga, Julio Romero de Torres, Evaristo Valle, Valentín de Zubiaurre y Juan de Echevarría.

Sorolla y esa vertiente renovadora, que destacó especialmente en el ámbito catalán, tiene un notable protagonismo dentro de la exposición y es para nosotros lo más interesante y atractivo de la muestra. Este modernismo está encarnado en las figuras de Santiago Rusiñol, con cuatro pinturas representativas de toda su trayectoria, Ramón Casas, con tres, y Hermen Anglada-Camarasa, con diez, lo que le convierte en el segundo artista con mayor número de obras en la colección, las últimas ya de los años veinte y treinta.

La exposición concluye con varias destacadas obras del postmodernismo catalán: cuatro escenas de gitanas fechadas entre 1901 y 1909 de Isidro Nonell y sendos paisajes de Joaquín Mir y Joaquín Sunyer.





BENITO DE DIEGO GONZÁLEZ
Miembro de las Asociaciones Internacional,
Española y Madrileña de Críticos de Arte

09/11/2019

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